De Tortosa a Amposta

Remando entre las capitales del Ebro catalán.

Encontraremos un Ebro calmado, en una etapa dónde hace falta una buena forma física para estar a gusto en la piragua. Hay otros tramos de mejor paisaje y con más corriente, pero la navegación entre las capitales catalanas del Ebro tiene un punto de emblemático…

Si no estáis haciendo el Descenso del Ebro catalán por etapas: la Palas de Sirga o alguna gesta similar, difícilmente os recomendaremos esta ruta, por su proximidad con la “civilización”, aún así, tiene elementos que vale la pena destacar, como por ejemplo la gran llegada en Amposta con su restaurado Puente Colgante.

De hecho, justo salir en Tortosa, os destacamos otro puente de los 4 que pasaremos en esta jornada: el del Milenario, nos evoca, con su nombre, la dilatada historia de Tortosa. Como elemento histórico encontraremos, aun cuando ahora ya no se divisa desde el río Ebro debido a la gran vegetación, la Carrova. Son los restos de torres medievales que custodiaban la entrada del Ebro.
En realidad, con caudales medios, el río Ebro pierde ostensiblemente la fuerza de su corriente desde Miravet, de modo que la duración de la etapa, dependerá básicamente de nuestro físico.